sábado, 27 de octubre de 2012
domingo, 22 de julio de 2012
Desde el principio
Te vi y supe que estábamos jodidos, incluso sentándome lejos de tu mesa terminaría por conocer tu nombre, y tu el mio... Esa noche cuando ibamos camino a casa en la micro, senti que la busqueda se habia terminado por que lanzaba un suspiro de alivio, me sumergia en tu abrazo tibio y sentí como mi alma se alegraba de encontrar a la tuya despues de una larga ausencia, tu mano calzaba a la mia como piezas que encajan perfectamente y tu amor era como un sol que me abrigaba... incluso a kilometros de distancia.
Hoy en día siempre que estamos así, soñando despiertos, encajo tu mano y la mía... entonces solo me queda sonreír :)
domingo, 15 de julio de 2012
Abstinencia
De verle, del abrazo, de la sensación asquerosa que deja en mi
de tomarle la mano y sentir su mirada mentirosa sobre mi
de que nos regalemos una sonrisa...
Creo que con los años me volví adicta al sufrimiento enorme disfrazado de sonrisa, que el me provoca.
martes, 26 de junio de 2012
viernes, 18 de mayo de 2012
A primera vista.
“Un hilo rojo, invisible, conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, a pesar del tiempo, del lugar, a pesar de las circunstancias. El hilo puede tensarse o enredarse, pero nunca podrá romperse”.
El Hilo Rojo es una leyenda milenaria de origen oriental que el poeta Gabriel Celaya convirtió en imagen literaria y David Ojeda en obra de teatro. Relata cómo existen, en cada uno de nosotros, unos lazos afectivos que nos hacen encontrarnos a lo largo de nuestras vidas con aquellos que comparten el mismo destino de nuestras hebras. Es un hilo atemporal que compartimos con todos aquellos con los que estamos destinados a encontrarnos, independientemente del momento del encuentro, y con los que se permanece unido para siempre.
La historia más antigua cuenta que es un anciano, el “Abuelo de la luna”, el que ata en la muñeca de cada uno, nada más nacer, un hilo rojo con multitud de terminaciones. Y cada noche, desde la luna que es su hogar, sale, vigilante, buscando a aquellas personas que están destinadas a permanecer juntas, y, cuando las encuentra, une sus muñecas con el hilo rojo.
Es una leyenda que, en definitiva, y como expresa la obra teatral, cuenta un “espérame que ya llego”, un “date prisa que me haces falta”, un “cuánto tiempo he esperado que vinieras a por mí” y un “¡aún no te conozco y ya te quiero!”
"Como dos viejos enamorados, por que siempre que alguien llega a nuestra vida es como si lo recuperáramos de una larga ausencia"
jueves, 2 de febrero de 2012
Agua & Aire

"Te quiero" nace de la misma raíz que "querencia", palabra que define el diccionario como "Inclinación del hombre y de ciertos animales a volver al sitio donde han nacido o estado mucho tiempo." En esta acepción, "querer" obedece a su otra raíz: "buscar desde cierta nostalgia relacionada a la pertenencia". De modo tal que cuando decimos "Te quiero", en el fondo estamos diciendo "Mi lugar en esta Tierra también eres tú". Reco-nocemos al otro como parte vital de nuestro mundo (pues los lugares generalmente no son sitios físicos, sino vínculos que se han desple-gado en esos lugares). Así, decir "Te quiero" significa entonces también "Si no estuvieras, no sería lo mismo. Sentiría nostalgia de tu presencia."
domingo, 15 de enero de 2012
jueves, 12 de enero de 2012
Fluo-recia.
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